La obra terminada y la comunidad establecida

Un elefante blanco es un animal poco común, también es conocido como “albino” por su color grisáceo o claro, se encuentran en Asia meridional y especialmente en Tailandia donde son considerados sagrados y en estas culturas son un símbolo de poder. Alguien que tiene elefantes blancos es sinónimo de mucha riqueza o prosperidad; sin embargo, en el pasado algunos reyes los usaban como una forma de venganza contra los súbditos que ya no eran de su agrado. Los daban como obsequio y como no podían ser asesinados por ser considerados sagrados y al no poder tampoco obtener beneficio económico de ellos, tenían que hacerse cargo de los altos costos de manutención, algunos de estos hombres morían la ruina económica.

De hecho, el término “elefante blanco” se usa hoy para referirse a construcciones públicas que al no ser utilizadas para el fin que fueron concebidas se convierten en un gasto importante de recursos públicos.

Nehemías acaba de terminar una gran muralla. Ha invertido sus fuerzas y las del pueblo en una obra que fue terminado en tiempo record, pero ahora hay otro desafío, hacer que dicha construcción sea útil para el fin que fue concebida: que el pueblo de Dios pudiera ser reunido y que adorara al Señor como en el principio y eso no iba a ser una tarea fácil. Si la ciudad de Jerusalén no era ocupada y si la adoración en el templo no era restaurada, esa construcción, por muy emblemática que fuere no sería más que un elefante blanco.

Y es aquí precisamente donde comienza la tercera parte de este libro. Recordemos que la primera parte es acerca de los preparativos para la construcción donde vimos rasgos del carácter y pasión de Nehemías. La segunda parte del libro es sobre la reconstrucción física de Israel y el levantamiento de las murallas donde vimos a un Nehemías planificador, calculador, estratega y valiente; pero ahora en esta tercera parte del libro se trata de la restauración espiritual de la ciudad y en ella veremos al Nehemías espiritual, que conduce al pueblo a la restauración de la adoración y a recobrar la dignidad religiosa de la santa ciudad.

Esta restauración espiritual a la que nos referimos tiene varias etapas. La primera es el establecimiento de la comunidad (cap 7), la enseñanza de la ley (8—9), la renovación del pacto (9—10) y la repoblación de la ciudad (1—12). Hoy nos vamos a concentrar en la primera etapa, el establecimiento de la comunidad. Para ello Nehemías debía crear las garantías para que los judíos quisieran moverse de los campos en los que habían vivido por años y entraran de nuevo a la ciudad alrededor del templo y la adoración. Así que veremos que en primer lugar Nehemías debe garantizar la seguridad y la espiritualidad, en segundo lugar debe garantizar la identidad de los que van a tomar parte en la ciudad y en tercer lugar, debía garantizar que tendrían estabilidad y que el proyecto era sostenible y son estos aspectos los que dan estructura a nuestro sermón en la mañana de hoy:

  1. La garantía de seguridad para la comunidad (1-4)
  2. La garantía de identidad de la comunidad (5-65)
  3. La garantía de sostenibilidad para la comunidad (70-73)

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