Todos alguna vez en nuestras vidas habremos escuchado la expresión “buen samaritano”, seguramente para referirse a alguien que emprende una loable labor de caridad o una persona que ayuda a otros sin esperar nada a cambio. Pues bien, esta es una expresión que proviene de la Biblia y se usa una única vez y es en este pasaje que vamos a considerar en la mañana de hoy.
Es probable que nos hayamos acostumbrado tanto con la expresión, que creamos que no hay nada más que decir en esta parábola, sin embargo, la Palabra de Dios siempre es y será una fuente inagotable de sabiduría, y hay tanto o más que decir en esta parábola de lo que usted pueda imaginarse, especialmente acerca de la vida Eterna y lo que Cristo ha hecho para llevarnos a ella.
Así qué, seguiremos un bosquejo muy sencillo en esta oportunidad:
- La ocasión de la parábola (25-29)
- El contenido de la parábola (30-35)
- La enseñanza de la parábola (36-37)
- Aplicaciones finales