Los años 90 en nuestro país estuvieron marcados por varios episodios memorables, uno de ellos en el contexto del fútbol; la selección colombina había clasificado como una de las favoritas pero su desempeño no alcanzó para llegar etapas importantes del torneo; es en ese contexto que su entrenador, Francisco Maturana pronunció una frase que haría eco en todo el país: «perder es ganar un poco». Aunque él se refería al aprendizaje que dejaba perder un partido y un campeonato, eso no dejó muy contentos a los fanáticos del fútbol quienes lo inmortalizaron como un perdedor y mediocre.
No estoy seguro si un pensamiento así traiga mucho consuelo en el contexto del fútbol o cualquier competencia donde todo lo que esperas es ganar cueste lo que cueste; pero sin duda, hay un sentido en el que esto si es perfectamente aplicable. Si perdiendo puedo preservar la reputación de algo mas grande y más importante que yo, entonces perder no solo es ganar un poco sino ganar mucho.
De esto se trata el segundo problema abordado por Pablo relacionado con la necesidad de santidad en la iglesia de Corinto. Ellos habían comenzado a ver la iglesia como una competencia de argumentos y lo peor es que estaban jugando a esto frente a un público que estaba escarneciendo el evangelio, frente a los incrédulos.
Es importante no ver este capítulo como desconectado de lo que él autor ha venido desarrollando especialmente en el capítulo 5. Pablo termina diciendo precisamente que nosotros no estamos para juzgar el mundo, Dios se encargaría de eso, pero si debemos estar prestos a juzgar con justo juicio y por medio de la Palabra de Dios lo que suceda dentro de la iglesia en materia de conflictos. En efecto, una cultura de disciplina dentro de la iglesia hará que las diferencias y conflictos que se presenten se resuelvan con sabiduría sin necesidad de exponer el Evangelio y su dignidad ante los incrédulos y ese es el punto principal de nuestro texto el cual veremos a la luz de los siguientes encabezados:
1. Los conflictos y una forma equivocada de resolverlos
2. Los conflictos y la forma correcta de resolverlos
3. El poder del evangelio para la resolución de conflictos