Santidad en las relaciones matrimoniales | 1 Corintios 7:1-16

El matrimonio como institución está bajo ataque. Y no necesitamos estadísticas para concluirlo. La postmodernidad ha traído consigo una serie de ideologías que han amenazado la unidad más esencial en una sociedad. Cada vez más personas ven el casarse como una meta de vida y cada vez más ven el divorcio la posibilidad de salir de una relación en ocasiones por razones tan abstractas como: se nos acabó el amor.

Pero esto no es nuevo, el matrimonio ha estado bajo ataque desde el jardín del Edén, en los días de Jesús en una cultura como la judía y por supuesto en los días de Pablo debido a la mala comprensión de lo que el matrimonio es en esencia, sus implicaciones y la influencia de ideas mundanas, alejadas de la verdad de Dios.

Después de mostrar en el capítulo 6 que las relaciones sexuales fuera del matrimonio se constituyen en un pecado grave contra la santidad de Dios y que no debían verse como una mera satisfacción biológica, Pablo lidia ahora con otro escenario, uno que está al otro lado del péndulo, los que veían el sexo como completamente pecaminoso incluso dentro del matrimonio y eso nos lleva pensar en que la iglesia de Corinto era tal vez la iglesia más extraña e impredecible que jamás haya existido.

En los capítulos del 1-6 Pablo estuvo corrigiendo algunos problemas de los que había sido informado por los de Cloé, una familia de esa iglesia, pero ahora, Pablo va a responder a algunas inquietudes que los de la iglesia de Corinto le habían consultado por carta y estas van desde el capítulo 7-16 y son acerca de temas de santidad y conducta pero también de tipo doctrinal como veremos en los capítulos siguientes.

Por ahora veremos la manera en que Pablo aborda el primer grupo de preguntas, las cuales tenían que ver con el matrimonio, el divorcio y las relaciones sexuales. En estos versículos, el Apóstol aborda de manera general el problema y luego se dirige específicamente a los matrimonios donde los dos miembros son creyentes, a los matrimonios mixtos y finalmente a los solteros, estos últimos los veremos la semana que vienen si Dios lo permite. Así que abordaremos nuestro texto a la luz de los siguientes puntos:

• El problema: una visión distorsionada del matrimonio, el divorcio y las relaciones sexuales (1-9)
• Matrimonios de parejas creyentes, el divorcio y las relaciones sexuales (10-11)
• Matrimonios mixtos, el divorcio y las relaciones sexuales (12-16)

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