Últimas palabras sobre el evangelio

«Si una persona entiende la cruz, esto será, o lo más grande de su vida, o lo más repugnante. Si no sucede ninguna de estas dos cosas, no la ha entendido».

Quise comenzar con esta llamativa cita del pastor Tim Keller en uno de sus comentarios al pasaje que hoy consideraremos, porque creo que recoge de manera ingeniosa la cuestión abordada por Pablo en estas últimas palabras a los Gálatas y porque además resume los temas abordados a lo largo de toda la carta. 

Al final, todo se resume en la cruz y lo que ella significa. La fe cristiana es acerca de Jesús muriendo en la cruz llevando nuestra vergüenza y pecado y todo lo que vivimos, somos, pensamos, nuestras obras y nuestras motivaciones están representadas en ese hecho. 

Es una realidad que el evangelio es ofensivo. No se puede permanecer indiferente a él. O lo recibimos como la fuente de nuestra salvación o nos oponemos a él de una u otra manera, pero nadie puede permanecer indiferente. 

Hemos llegado hoy al final de la carta a los gálatas. A las últimas palabras del apóstol Pablo a esta peculiar iglesia y contrario a lo que pudiéramos ver en las otras cartas, este no es un final que podemos leer con rapidez, como los que usualmente vemos cargados de saludos o de preciosas doxologías; de hecho, hay quienes sugieren que el final de esta carta es un resumen de la misma y hasta se arriesgan a proponer que es este cierre, la clave para poder entender el resto de la carta. No creo que tengamos que llegar hasta allá; pero sí podemos decir que este es un fragmento muy importante y en efecto un resumen emotivo de lo que había en el corazón del apóstol.

El final de la carta está escrito del puño y la letra de Pablo. Esto es significativo. Usualmente, los líderes de la iglesia se valían de escribientes que redactaban por ellos los mensajes que querían enviar, pero en algún punto, el apóstol toma la pluma para escribir en letras llamativas, algo como en nuestras mayúsculas o negrillas, lo que él considera de vital importancia y que los hermanos debían recordar. 

Pero ¿qué es eso tan importante que hizo que Pablo se tomara la molestia de escribirlo de su propia mano? Tres cosas básicamente:

  • Los falsos maestros son carnales y no han entendido la cruz de Cristo
  • Pablo es un siervo abnegado que está dispuesto a morir por la cruz de Cristo
  • Al fin de las cuentas, todo se trata de la cruz y de ser nueva criatura en Cristo

Y, como bien debe usted sospecharlo, son esas tres afirmaciones las que le darán forma a nuestro sermón en la mañana de hoy. 

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