De la esclavitud a la libertad

Si alguna vez has firmado un contrato, notará rápidamente que su propósito es dejar por escrito cuáles son las cosas que debemos esperar de dicha relación contractual y todo esto para no crear falsas expectativas o aumentar falsas esperanzas.

Muchas personas que comienzan su andar en la fe, ignorando qué se trata realmente seguir a Cristo o fueron engañados acerca de las expectativas, de modo que esperan que una vez dan el paso a la libertad de la esclavitud del pecado, todo será “color de rosa”, así que cuando se dan de cara con la realidad de los retos de la vida cristiana, se sienten defraudados y abandonan la fe. 

En el texto que hoy veremos, cercaremos al momento en el que Israel es liberado de la esclavitud y notaremos que eso no implicó plenitud inmediata, sino el inicio de una carrera con un recorrido lleno de desafíos para su fe, pero con una cosa segura, la presencia de Dios fiel los iba a acompañar en cada momento

Dios iría delante de ellos garantizando Protección y dirección, ese es precisamente el punto de nuestro texto en la mañana de hoy:

El camino hacia la libertad, no garantiza que será el más fácil de transitar, pero si garantiza que la presencia de Dios estará con los suyos para guiar y proteger.

En esta porción se retoma la historia después del paréntesis en que se nos explicó el propósito de los recordatorios de la Pascua y la fiesta de los panes sin levadura; al final del capítulo 12 Israel había salida ya de Egipto y ahora las cámaras vuelven a esa multitud de peregrinos que ha caminado aproximadamente cincuenta kilómetros desde Ramsés hasta Sucot donde habían organizado su primer campamento. 

Pero ese no era su destino final. Este, de hecho, es el comienzo de una larga travesía por el desierto de la península del Sinaí que va a tardar unos 40 años antes de que puedan entrar a la tierra prometida, pero hay varios aspectos interesantes que ya podemos ir observando de Dios y cómo se va él a relacionar con Su pueblo durante toda esta travesía. 

Por lo que consideraremos esta corta porción a la luz de 3 encabezados:

  1. El Dios soberano que dirige a Su Pueblo (17-18)
  2. El Dios fiel que cumple las promesas a Su Pueblo (19) 
  3. El Dios poderoso que acompaña a Su pueblo (20-22)

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