La iglesia unida anclada a Cristo | 1 Corintios 1:10 – 2:5

El 16 de febrero de 2017 el vuelo 9W-118 de Jet Airways que cubría la ruta entre Bombay y Londres puso en alerta al mundo luego de que la torre de control intentara contactar con él desde el Centro de Control de Praga sin recibir respuesta alguna, el avión Boeing 777-300 llevaba abordo a unos 330 pasajeros y 15 tripulantes y tipo que ser guiado por dos aeronaves militares que los escoltaron hasta el aterrizaje. Luego de algunas investigaciones se encontró que la posible causa es que la tripulación había sintonizado una frecuencia equivocada. Esto por supuesto es solo un ejemplo de los graves problemas que puede ocasionar no hablar no estar en la misma frecuencia y no solo para la aeronave sino para todo lo que implique cualquier tipo de comunicación.

La carta a los corintios es una carta dirigida a una iglesia con múltiples problemas pero este era quizás el principal de ellos. Las divisiones internas a causa de que cada uno había abrazado una idea diferente de la iglesia y podríamos decir, hasta del evangelio, habían perdido de vista el objetivo y ahora cada uno perseguí
cosas diferentes.

Hoy abordaremos el cuerpo de esta carta, que básicamente responde a dos grandes cuestiones: la primera es un informe que al parecer llegó a manos de Pablo de parte de una familia de alguien llamado Cloe de quien no se sabe más (1:10—6) y la segunda, parte es la respuesta de Pablo acerca de algunos temas particulares que la iglesia le estaba consultando.
De esa primera cuestión que Pablo aborda, el informe de los de Cloe, el problema más grande es acerca de unas divisiones internas que habían surgido. Así que del capítulo 1-4 Pablo propone 4 cosas que van a llevar a los de Corinto a buscar la unidad y evitar las divisiones: Poner la mira en la cruz de Cristo (1:18–2:5), buscar la verdadera sabiduría (2:6–16), reconocer que nadie está por encima de nadie (3:1–23) y tratar a los líderes de manera correcta (4:1–21).

Hoy nos ocuparemos de ese primer aspecto de la unidad: poner la mirada en la cruz de Cristo. Lo que pretendo mostrar a la luz de estos pasajes es que si el evangelio no es el centro de la fe y la práctica de una iglesia, habrá divisiones internas; por el contrario, si ponemos la mirada en la cruz, no importa cuantas diferencias tengamos incluso de opiniones, vamos a preservar la verdadera unidad.

Así que veremos nuestro texto en los siguientes puntos:
⁃ La ausencia de Cristo quebranta unidad (1:10-17)
⁃ La sabiduría de Cristo produce la unidad (1:18-31)
⁃ El mensaje de Cristo garantiza la unidad (2:1-5)

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